El primer siglo de nuestra era, vio surgir el encuentro de dos perspectivas del mundo, hasta ese momento, completamente diferentes y distanciadas, la cultura Helénica, y la visión asiática. Tradicionalmente separadas, pronto se dieron cuenta que eran áreas complementarias, lo que una producía, era muy importante para la otra y viceversa.
Con el paso del tiempo, el intercambio comercial entre los dos mundos se fue intensificando, a grado tal que, los productos asiáticos contribuyeron a transformar los procesos económicos, políticos y sociales de la Europa Helénica, a su vez las mercancías europeas comenzaron a hacerse notar en Oriente.
Fue en la actual Uzbekistán, donde se produjo el encuentro de las dos civilizaciones, a partir de ahí se generaron una serie de rutas extendidas por todo el continente asiático, por ellas transitaron los mercaderes de aquellas regiones, esto les permitió conectar a China con Asia central, India, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y áfrica.
A estas rutas se les conoció como “La Ruta de la Seda” debido a que ese fue, precisamente el producto esencial del intercambio y se exportaba desde China.
El declive paulatino del mundo helénico, y la constante amenaza de los Hunos, generó que el intercambio establecido por las rutas de la seda se fuera diluyendo. Con el advenimiento del Renacimiento y la conquista de América, la visión Eurocéntrica de la historia se fue imponiendo, el lejano oriente quedó en el imaginario colectivo como una rareza, algunos de sus principios ideológicos y filosóficos -producto de su cultura ancestral- fueron vistos como parte de una creencia exótica y aislada que solamente eran tomadas en cuenta por quienes se adentraban en ellas.
Pero hacia finales del siglo XX, con el surgimiento de China como potencia económica y militar, su gobierno se encuentra en proceso de reactivar la Ruta de la Seda, Pekín promueve un ambicioso proyecto de infraestructura a nivel mundial, así como de acuerdos diplomáticos para hacerlo posible.
El objetivo de China con el lanzamiento de la nueva Ruta de la Seda, consiste en impulsar un gran proyecto mediante el cual, busca ganar peso e influencia como potencia mundial. Es importante mencionar que, este gran proyecto internacional, fue lanzado en el año 2013 y consiste en generar dos procesos, uno de infraestructura terrestre, y otro marítimo que tratan de impulsar las conexiones de China en el continente asiático y el exterior, de esta manera tratan de expandir su influencia económica y política a nivel mundial.
Se debe tener presente que, el despliegue de infraestructura china efectuado en África y Asia, se encuentra expandiéndose a Europa y a otras regiones como América Latina donde, poco a poco está ganando influencia. Lo anteriormente descrito nos debe obligar a preguntarnos:
¿Está cambiando el orden político mundial? ¿Estamos siendo testigos de un nuevo escenario económico y político internacional? ¿Cómo reaccionará Estados Unidos, considerado el eje político y económico del mundo? ¿Cómo afectará a América Latina el establecimiento de las nuevas Rutas de la Seda? ¿México resultará afectado? ¿Dejaremos de lado la excesiva dependencia respecto a los Estados Unidos? ¿Se insertará México a este proyecto internacional? ¿Qué escenario se plantea para los procesos laborales y empresariales en México bajo esta nueva perspectiva?
Son cuestionamientos que bien valdría la pena analizar en próximas entregas….

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